Lunes, 4:00 am. Levantarse a esa hora cuesta (y mucho), pero
si el motivo es ir de safari al Kruger Park merece la pena. Con un café en el
cuerpo partimos a Sudáfrica para una excursión muy esperada por nosotros. Un
largo camino, horas en la frontera con sello para arriba sello para abajo, la
búsqueda de la entrada… ¡y por fin en el parque!
Para aquellos que no lo sepan, el Kruger Park es una reserva
natural que consiste en que conduces con tu vehículo por unos caminos ya
preparado mientras que observas a los animales por el parque con total
libertad. Lo que vimos en esta esta excursión supera con creces lo que nos
habíamos imaginado. Nada más empezar vimos un elefante, ¡a menos de cinco
metro!, al cual le siguió una rinoceronte con su cría. A ellos se les suma
hipopótamos, leones, jirafas, cebras, etc. Amortizamos mucho el trayecto, tanto que salimos incluso tarde del parque.
Volvimos a casa de noche muy cansados, pero el día valió la
pena.
Ramón
No hay comentarios:
Publicar un comentario