viernes, 21 de agosto de 2015

Hacia rutas salvajes

Lunes, 4:00 am. Levantarse a esa hora cuesta (y mucho), pero si el motivo es ir de safari al Kruger Park merece la pena. Con un café en el cuerpo partimos a Sudáfrica para una excursión muy esperada por nosotros. Un largo camino, horas en la frontera con sello para arriba sello para abajo, la búsqueda de la entrada… ¡y por fin en el parque!

Para aquellos que no lo sepan, el Kruger Park es una reserva natural que consiste en que conduces con tu vehículo por unos caminos ya preparado mientras que observas a los animales por el parque con total libertad. Lo que vimos en esta esta excursión supera con creces lo que nos habíamos imaginado. Nada más empezar vimos un elefante, ¡a menos de cinco metro!, al cual le siguió una rinoceronte con su cría. A ellos se les suma hipopótamos, leones, jirafas, cebras, etc. Amortizamos mucho el trayecto, tanto que salimos incluso tarde del parque.








Volvimos a casa de noche muy cansados, pero el día valió la pena.

Ramón

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