sábado, 8 de agosto de 2015

¡Bom dia, senhor profesor!

¡Buenas a todos! Ya estamos en el ecuador del voluntariado. Parece mentira que ya haya pasado tanto tiempo desde que pisamos Boane. Las horas pasan y cada día llevando una vida africana, llegando con ello a conocer una realidad que nos está tocando dentro. Ante este paso del tiempo tan rápido intentamos exprimir cada momento que nos regala esta tierra.

Esta semana, con la llegada de Willy SS.CC., formador de los novicios aquí en África, y Joaquín SS.CC., se organizaron actividades para que entrásemos en acción, y de qué mejor manera: nos volvimos profesores. Ibamos a ir a dos sitios: al orfanato Lar Mamana Wa Kurula y a la “escolilha” que lleva una de las comunidades de las hermanas (ya hemos hablado de esos centros en post anteriores). Nos repartimos en ambos sitios intentando que cada día fuese un grupo diferente.


En el orfanato dábamos apoyo escolar a las niñas mayores, pues ellas tenían el instituto por la tarde, así que por la mañana hacían deberes o se preparaban los exámenes. Las hemos ayudado en Matemáticas, Lengua, Inglés, Oficios (lo que para nosotros podría ser la asignatura de Tecnología), etc. Algunas cosas que tenían duda no la habíamos visto desde la ESO, así que fue una buena manera de hacer memoria de viejos apuntes. En medio de ello, la hermana Maru SS.CC. nos daba una vuelta por el barrio para que pudiésemos conocer a sus habitantes y las condiciones en las que viven. Observar con tus propios ojos esta situación, y el de los otros barrios visitados hasta ahora, nos ha hecho ver el poco valor que le damos a nuestras cosas y cómo derrochamos por gusto, mientras que ellos viven con menos de lo imprescindible, luchando por sobrevivir con lo que pueden y tienen.

A la “escolilha” ya habíamos ido anteriormente y muchos niños se acordaban de nosotros, lo que hacía que nada más entrar en la escuela, todos se nos acercasen corriendo para agarrarnos de la mano o para jugar con ellos. Como hay 5 aulas – dos de 3 años, dos de 4 años y una de 5 años – nos dividíamos uno en cada clase. Al considerarnos ellos a nosotros también como profesores nos recibían con un “Bom dia, senhor profesor”. Ya con eso nos tenían conquistados. Las clases se organizaban de tal forma que hubiese juegos y aprendizaje. Qué de cosas hemos aprendido en ellas: hacer la F, contar del 0 al 20, dibujar árboles…




Por la tarde nos reuníamos todos en el orfanato para darle el apoyo escolar al resto de las niñas. Costaba que se pusiesen a trabajar pero conseguíamos cosas. Era normal que cuando eran las 17:00 (hora que termina el tiempo de estudio) todas salían con ganas de jugar, danzar y cantar, y por supuesto nosotros también jugábamos, danzábamos y cantábamos.

El viernes tuvimos algunas modificaciones por la tarde. Comenzamos nuestra actividad en el barrio donde nos hospedamos. Fue una tarde dedicada a juegos y a manualidades para los niños y jóvenes de la zona. Lo que empezó siendo una actividad con 20 niños, ¡acabó con más de 120 niños! No pensábamos que en el primer día iba a tener tanto éxito. Fue muy gratificante para nosotros aunque nos sentíamos un poco estresados. Ya sabemos que la próxima vez hay que ir más preparados. Más tarde nos dirigimos a la misa en el orfanato, oficiada por Joaquín SS.CC., dirigida tanto a las niñas como a los vecinos del barrio. Fue una celebración austera pero muy bonita, con un baile final realizado por las niñas.

Ramón



No hay comentarios:

Publicar un comentario