¡Buenas a todos! Ya
estamos en el ecuador del voluntariado. Parece mentira que ya haya pasado tanto
tiempo desde que pisamos Boane. Las horas pasan y cada día llevando una vida
africana, llegando con ello a conocer una realidad que nos está tocando dentro.
Ante este paso del tiempo tan rápido intentamos exprimir cada momento que nos
regala esta tierra.
Esta semana, con la llegada de Willy SS.CC., formador de los
novicios aquí en África, y Joaquín SS.CC., se organizaron actividades para que
entrásemos en acción, y de qué mejor manera: nos volvimos profesores. Ibamos a
ir a dos sitios: al orfanato Lar Mamana Wa Kurula y a la “escolilha” que lleva
una de las comunidades de las hermanas (ya hemos hablado de esos centros en
post anteriores). Nos repartimos en ambos sitios intentando que cada día fuese
un grupo diferente.
En el orfanato dábamos apoyo escolar a las niñas mayores,
pues ellas tenían el instituto por la tarde, así que por la mañana hacían
deberes o se preparaban los exámenes. Las hemos ayudado en Matemáticas, Lengua,
Inglés, Oficios (lo que para nosotros podría ser la asignatura de Tecnología),
etc. Algunas cosas que tenían duda no la habíamos visto desde la ESO, así que
fue una buena manera de hacer memoria de viejos apuntes. En medio de ello, la
hermana Maru SS.CC. nos daba una vuelta por el barrio para que pudiésemos
conocer a sus habitantes y las condiciones en las que viven. Observar con tus
propios ojos esta situación, y el de los otros barrios visitados hasta ahora, nos
ha hecho ver el poco valor que le damos a nuestras cosas y cómo derrochamos por
gusto, mientras que ellos viven con menos de lo imprescindible, luchando por sobrevivir
con lo que pueden y tienen.
A la “escolilha” ya habíamos ido anteriormente y muchos
niños se acordaban de nosotros, lo que hacía que nada más entrar en la escuela,
todos se nos acercasen corriendo para agarrarnos de la mano o para jugar con
ellos. Como hay 5 aulas – dos de 3 años, dos de 4 años y una de 5 años – nos dividíamos
uno en cada clase. Al considerarnos ellos a nosotros también como profesores nos
recibían con un “Bom dia, senhor profesor”. Ya con eso nos tenían conquistados.
Las clases se organizaban de tal forma que hubiese juegos y aprendizaje. Qué de
cosas hemos aprendido en ellas: hacer la F, contar del 0 al 20, dibujar
árboles…
Por la tarde nos reuníamos todos en el orfanato para darle
el apoyo escolar al resto de las niñas. Costaba que se pusiesen a trabajar pero
conseguíamos cosas. Era normal que cuando eran las 17:00 (hora que termina el
tiempo de estudio) todas salían con ganas de jugar, danzar y cantar, y por
supuesto nosotros también jugábamos, danzábamos y cantábamos.
El viernes tuvimos algunas modificaciones por la tarde.
Comenzamos nuestra actividad en el barrio donde nos hospedamos. Fue una tarde
dedicada a juegos y a manualidades para los niños y jóvenes de la zona. Lo que
empezó siendo una actividad con 20 niños, ¡acabó con más de 120 niños! No
pensábamos que en el primer día iba a tener tanto éxito. Fue muy gratificante
para nosotros aunque nos sentíamos un poco estresados. Ya sabemos que la
próxima vez hay que ir más preparados. Más tarde nos dirigimos a la misa en el
orfanato, oficiada por Joaquín SS.CC., dirigida tanto a las niñas como a los
vecinos del barrio. Fue una celebración austera pero muy bonita, con un baile
final realizado por las niñas.
Ramón
No hay comentarios:
Publicar un comentario